De vez en cuando, una pequeña limpieza o detox mental, nos hacen sentir mucho mejor. Al igual que el cuerpo, la mente también acumula actitudes tóxicas y pensamientos nocivos que pueden llegar a condicionar nuestro bienestar.
Las depuraciones son procesos de limpieza que suceden de manera natural en nuestro entorno y en nuestro cuerpo. La lluvia limpia el aire contaminado, el hígado se deshace de sustancias potencialmente dañina.
Los tóxicos mentales y emocionales a menudo pasan desapercibidos, pero es muy importante librarse de ellos para sentirnos más ligeros. Estas siete sugerencias pueden ayudarnos a hacer un detox mental, una para cada día de la semana:
LUNES: Presta atención a tus ideas negativas
No se trata aquí de pensar “en positivo” ni de obligarse a ver las cosas con optimismo, sino de hacernos conscientes de lo que nos dice nuestro parloteo mental. No podemos cambiar aquello que no vemos, por lo que la atención en este caso es muy importante. Quizá descubramos algunos (o muchos) pensamientos que nos quitan energía, nos agotan, nos provocan miedo o preocupación y nos impiden buscar soluciones creativas y disfrutar del presente.
Cuando encuentres un pensamiento de este tipo no lo juzgues, simplemente obsérvalo, dale un espacio y date cuenta de cómo te hace sentir. Es posible que cuando lo hagas y te permitas sentir las emociones que acompañan a ese pensamiento sientas que se disuelve y se transforma. La observación curiosa es el primer paso hacia el cambio.
MARTES: Haz una lista de preocupaciones
A menudo perdemos energía preocupándonos por todas aquellas cosas que tenemos que hacer y no damos abasto. También nos obsesionamos con posibles catástrofes que imaginamos amenazadoras a la vuelta de la esquina. Al final de la jornada de hoy proponemos un ejercicio que, aunque no resuelva esas preocupaciones, sí puede ayudarnos a relativizarlas y a darles otro lugar.
Nos tumbaremos o sentaremos cómodos en un espacio tranquilo. Después de unas cuantas respiraciones, en las que poco a poco nos permitiremos ir soltando las tensiones del cuerpo, imaginaremos que nos sentamos frente a nuestro escritorio u otro lugar de la casa. Tomaremos un papel y un bolígrafo imaginarios y escribiremos, una a una, todas aquellas cosas que nos preocupan, esa lista de temas pendientes y de catástrofes potenciales que nos roban tanta energía. Es importante no dejarse ninguna.
Una vez escritas, las leeremos de nuevo para nosotros. Luego, las pondremos en un cofre imaginario que está sobre nuestro escritorio y lo cerraremos con llave. Nuestro escrito se quedará ahí hasta el día siguiente. A continuación, nos levantaremos de la mesa y cerraremos la puerta tras de nosotros, dejando en el cofre y en esa habitación todo ese material mental lleno de preocupación y ansiedad.
MIÉRCOLES: Presta atención a tu entorno
Al igual que cuando quieres cuidarte te fijas en los alimentos que ingieres y buscas aquellos que te nutren y te cuidan, ¿por qué no empiezas a prestar atención a tu nutrición mental? ¿Qué le das de comer a tu mente cada día? Fíjate en las noticias que ves, en lo que lees, en tus conversaciones, tus encuentros, en los mensajes de redes sociales a los que te expones, y durante 24 horas, escribe en una libreta cómo te hacen sentir.
Es importante darse cuenta del tipo de entorno que nos rodea y analizar su impacto en nuestro estado mental. Haz tres paradas, pues, a lo largo del día, y relata en tu libreta, sin juzgar, todo lo que has ofrecido a tu mente como alimento hoy.
JUEVES: Ordena tu espacio
Distintos estudios han mostrado una relación entre el orden o el desorden de la casa y el orden o desorden mental. Si en nuestro hogar reina el caos es muy difícil que podamos pensar con claridad. El desorden agota a la mente y provoca tensión en el organismo. Además, los objetos que nos rodean tienen también una función de representación, esto es, hablan de nosotros. ¿Qué quieres que diga tu casa de ti a partir de ahora?
VIERNES: Limpia tu entorno digital para el detox mental
Para algunas personas no es realista desconectar, ni siquiera durante unas horas, de las redes y las pantallas. Si ese es tu caso sí puedes, al menos, hacer una buena limpieza. Identifica aquellas cuentas o personas a quienes sigues y cuyos mensajes sabes que no te sientan bien. Silencia, elimina o deja de seguirles.
SÁBADO: Descansa
Por una vez, utiliza este día para dedicarte sencillamente a no hacer nada. La mente necesita espacios de descanso para activar la creatividad, así que, ¿por qué no dedicar un día entero al reposo, al modo del sabbat judío?
Durante la jornada de hoy no hagas nada pesado ni que implique hacer ningún esfuerzo. Regálate una pequeña siesta después de la comida y, por la noche, convierte tu dormitorio en un santuario. Date un buen baño relajante, toma la infusión que te guste y prepárate para una buena noche de sueño.
DOMINGO: Elimina la función de repetición
La mente tiende a recrear una y otra vez ciertos momentos, a menudo los más dolorosos. Un comportamiento completamente inútil porque lo único que consigue es traer al presente un sufrimiento del pasado.
Durante el día de hoy la propuesta es darse cuenta de la cantidad de veces que hacemos esto. Cuando nos atrapemos a nosotros mismos en un bucle repetitivo puede ser útil observarlo y a continuación buscar anclas que nos devuelvan al momento presente. Busca algo que puedas ver, algo que puedas oler, algo que puedas tocar, algo que puedas degustar, un sonido que estés escuchando… y centra toda tu atención en ello.
Una vez termines tu detox mental de siete días, elige tus ejercicios favoritos y conviértelos en un hábito. Si los incluyes en tu rutina diaria ni siquiera te darás cuenta de que los estás haciendo y te ayudarán a mantener tu espacio mental libre de hábitos y actitudes que te perjudican.