¿Puede una película animada inspirarnos? Kung Fu Panda tiene la respuesta

Kung Fu Panda es una película de DreamWorks que se sostiene en la actualidad pese a que pasaron 12 años desde su estreno. En su momento, fue promocionada como un film inocente para toda la familia y con un oso tierno en busca de su destino. Esa oración tiene dos errores: no es un film inocente y Po, el protagonista, no busca su destino. La película de 95 minutos dirigida por Mark Osborne y John Stevenson parece inocente, pero tiene enseñanzas ancestrales, marco metafísico y una carga filosófica taoísta que sirve de inspiración.

La historia es muy simple. Animales animados viven en un lugar montañoso, que podría ser el Tibet, llamado «Valle de La Paz». Po, el protagonista, es conocido por ser la criatura más vaga y holgazana. Sin embargo, una antigua profecía indica que él está destinado a salvar a los habitantes del valle de enemigos que se acercan. La película sigue el viaje, el descubrimiento y el aprendizaje del oso y su maestro Oogway. Hasta acá, parece una más de innumerables películas de maestros y aprendices, pero sorprende.

«Una persona encuentra su destino en el camino que eligió para evitarlo», quizás sea la frase más famosa de Kung Fu Panda. ¿Qué quiere decir con esto? Que las vicisitudes de la vida nos enfrentan a situaciones inesperadas, impensadas. Los planes en nuestra vida no forman parte de nuestro destino, sino que son una hoja de ruta. El destino, lo que nos tocará, es todo lo que no esperamos. Se trata de enfrentarnos a los acontecimientos que intentamos evitar y que no están contemplados.

El despertar de Po

El despertar de Po es muy significativo. La película empieza con el oso durmiendo, soñando con ser un héroe del Kung Fu y luchar junto a los “cinco furiosos”, los cuales, en el sueño, le mostraban mucho respeto. El discípulo o estudiante antes de estar consciente del Sendero espiritual ya tiene contacto con los Reinos Superiores o con el grupo espiritual a un nivel interno. En su interior ya existe el anhelo de superarse, por ese motivo ya no le satisfacía servir sopa junto a su padre en el restaurante. Lo divino en él se había despertado.

Los sueños son manifestaciones del inconsciente. Su deseo no está cumplido, su mente, alma y cuerpo le piden desde sus sueños cambiar de destino. Esto puede ser considerado un ejemplo de nuestra vida diaria. Tenemos siempre la pregunta ante la presencia de obstáculos si seguir por un camino, pese a las complicaciones que nos presenta la vida o desistir y cambiar de camino porque la vida nos da señales de que ese camino no es el correcto. De eso habla la película, de los destinos, de los mandatos que seguimos sin querer hacerlo y de transformar nuestro destino. Hiciera lo que hiciera, Po terminaría transformándose.

Subiendo la escalera del logro

Cuando queremos que nuestra vida cambie, debemos “hacer un esfuerzo”. Hay que dejar atrás viejas costumbres o hábitos que nos frenan en nuestro avance. Hay que hacer un trabajo a nivel mental y emocional. Todas las personas con las que soñaba Po vivían en lo alto de una montaña (en el Palacio de Jade) esto simboliza que pertenecían a un reino más elevado de conciencia al cual todos podían entrar pero debían hacer el esfuerzo (subir la escalera).

En este caso Po debía subirlas pero llevaba un lastre que se lo impedía (el carrito de la sopa, que simboliza los viejos hábitos y costumbres). Sólo cuando suelta el carro (limpiar la mente de lo innecesario) puede llegar a lo alto. El propio esfuerzo del discípulo hará que logre su objetivo, nadie puede hacerlo por él.

Po es el elegido

¿Por qué un oso panda que es aparentemente lento y torpe es el elegido? esto significa que para ser un héroe no importa lo externo que lo que cuenta es tener un corazón limpio y puro, un entusiasmo sólo presente en los niños. Era su oportunidad y la aprovechó. Como dijo el Maestro Oogway “no existen los accidentes”, existen las coincidencias que hacen que todo “cuadre” para que puedas llevar a cabo tus sueños. Era el momento de Po, para cumplir el suyo, todo lo indicaba, servir sopa ya no era el deseo de su corazón, era ser un guerrero. En el mundo espiritual el discípulo es un guerrero que lucha consigo mismo, un guerrero pacífico.

Oogway se despide

Es el Maestro que sabe cuales son las posibilidades de Po, el único que cree en él aunque a los ojos de los demás sea una locura. Es la serenidad, el equilibrio que se consigue con los años de experiencia, a través de la Sabiduría. Su tarea ha terminado por lo que se va y lo hace como un gran ser de luz. Su cuerpo se disuelve envuelto por una hermosa Luz (asciende) las partículas de su cuerpo se disgregan.

Oogway representa a la habilitación paterna en las personas. El padre, asociado con el mundo, tiene una mezcla de rectitud y de habilitación. De marcar limitaciones, pero no limites. Una vez que el padre o la persona que toma el rol paterno cumple ese trabajo, queda en la persona seguir con las herramientas que se le asignaron.

El secreto del pergamino de Kung Fu Panda

Es hora de poner en práctica lo aprendido, en eso consiste la tarea del sincero discípulo espiritual. Po ganó fe en sí mismo gracias al entrenamiento. Para su desconcierto, el pergamino estaba en blanco. Después su padre le dio la clave que le ayudó a ver la verdad. Le dijo que no había ningún ingrediente mágico en la sopa, que sólo hacía falta creerlo. Po decidió entonces escribir su propio pergamino poner su ingrediente mágico, sacar lo que llevaba dentro, el verdadero guerrero. Luego de ganarle a su rival, Tai Lung, regresó a la Paz al Valle, o sea a su mundo.

Kung Fu Panda es una película fundamental por sus enseñanzas sobre el destino, los cambios, las transformaciones, creer en uno mismo, elegir a nuestros maestros. Como las buenas películas animadas, tienen escenas para el disfrute de niños que aún no tienen la capacidad de comprensión necesaria y también enseñanzas para los adultos. En este caso, Kung Fu Panda es una película para inspirarnos.