Capitán Fantástico: la educación como arena de lucha contra el sistema

Capitán Fantástico probablemente sea de las películas que más controversia causó este último tiempo y más se ha debatido. El rol de la familia, la influencia de la educación en los niños, las estructuras sociales, los dogmas, el consumo cultural, el capitalismo. Un sinfín de temas se tocan en 118 minutos en este film de Matt Ross, de 2016 y protagonizado por Viggo Mortensen.

La película empieza mostrando la rutina de una familia (compuesta por un padre y seis hijos menores) que vive en una especie de cabaña en el bosque, teniendo un enfoque en la crianza de los niños. Capitán Fantástico propone una fuerte crítica al consumismo, a las religiones organizadas y al sistema educativo tradicional. Muestra a la estructura de esta familia como alejada de las estructuras convencionales. Los niños tienen horarios para actividades físicas e intelectuales como leer y tocar instrumentos. Es un régimen casi militar.

A partir del fallecimiento de la madre de los niños, el padre toma el rol de capitán y se lo muestra como el líder de una secta. Es encantador, afectuoso y compañero. Sin embargo, la pregunta que los espectadores pueden hacerse es: ¿Es acaso otra forma de encierro, al igual que la simulación de progreso capitalista en la que vivimos? Los niños tienen libertad de pensamiento, pero continúan estando condicionados con su crianza, en este caso, anticapitalista, vegana, antirreligiosa y antisistema.

La película resulta cautivadora en más de un aspecto. Es visualmente fascinante, con un contraste entre naturaleza y ciudad. Viggo Mortensen transmite con sinceridad los conflictos internos por los que pasa a causa de sus propias decisiones sobre la crianza de sus hijos. Su personaje confía en lo que hace y siente que es lo mejor para ellos, pero la sociedad y el entorno generan un conflicto.

Al mismo tiempo, a pesar de no ahondar en cada uno de ellos, la manera en que se nos presenta a sus hijos deja entrever historias interesantes y profundas que no se desarrollan. El ritmo tan fluido de la narración ocasiona que los temas sean tratados superficialmente, pero el mensaje tiene una potencia abrumadora.

Es innegable la contradicción que manifiesta la obra. Es un producto cultural realizado en un estudio de presupuesto medio, que forma parte del engranaje de entretenimiento capitalista que critica. Así y todo, logra alzarse cautivante y provocativa. Como ejemplo de esto, puede destacarse la secuencia en la que se critica el festejo de navidad por ser una festividad capitalista. En cambio, la familia festeja el natalicio de Noam Chomsky, filósofo contemporáneo que cree en el anarcosindicalismo: los integrantes de una sociedad deben ser los responsables de las estructuras en las que se asienta. Por ejemplo, los trabajadores deben ser dueños de su trabajo y no peones.

Las ideas de este y otros filósofos influyen en las bases de crianza de Ben. Los dilemas que aparecen forman parte de las dificultades de sobrellevar esta forma de vida en una sociedad moderna cuando dejan el bosque. Nos deja varios interrogantes, como cuál es la mejor educación para nuestros hijos, si debemos elegirla nosotros, qué tanto podemos influir en ellos, si es posible una forma de vida alternativa y antisistema.

Al final, el mensaje que deja es que alejarse de todo para vivir fuera de la sociedad tiene sus implicancias negativas. Finalmente es como encerrarte en una burbuja, aunque quizás sea la misma burbuja en la que todos nos encontramos encerrados.

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