Todo con moderación, como dice el viejo dicho. Resulta que eso no podría ser más preciso, ya que la investigación continúa arrojando luz sobre cómo el mundo moderno está dañando nuestra salud. Podríamos estar viviendo más tiempo hoy que nuestros antepasados, pero la era actual no es tan amigable con la salud como podríamos pensar.
Sentirse culpable puede dañar su salud
Cada enero, las personas de todo el mundo deciden dejar atrás sus malos hábitos y emprender un viaje de superación personal. Luego, unas semanas más tarde, todos comienzan a sentirse un poco culpables por no cumplir.
Pero aunque un poco de culpa puede alentar a alguien a hacer cambios positivos, demasiada culpa es una historia diferente. Sentirse culpable no solo es desagradable, sino que podría estar causando daños a su sistema inmunológico. Investigadores de la Universidad de Hull descubrieron que las personas que se sentían culpables por sus actividades favoritas habían disminuido los niveles de inmunoglobulina A en su saliva.
Contaminación de luz
Según los astrónomos, la mayoría de los estadounidenses menores de 40 años nunca ha experimentado la verdadera oscuridad. Las áreas urbanas experimentan un fenómeno llamado «brillo del cielo», donde la luz artificial es dispersada por las gotas de agua.
Incluso dentro de nuestras propias casas, los dispositivos electrónicos permanecen encendidos todo el tiempo, y nuestros cuerpos simplemente no fueron construidos para manejar eso. De hecho, la contaminación lumínica en el mundo desarrollado ahora es tan grave que está dañando nuestra salud.
Según el físico Eric Vandernoot, el cuerpo humano está programado para un ciclo de luz y oscuridad . El uso excesivo de la luz por la noche está relacionado con problemas de salud, incluido un mayor riesgo de diabetes, obesidad, depresión, cáncer de próstata y cáncer de mama.
El azúcar agregado es peor de lo que creías
El azúcar en sí no es malo para tí: la glucosa es esencial para alimentar el cuerpo, especialmente el cerebro. El problema es que las personas ahora consumen más azúcar que nunca, y definitivamente puedes tener demasiado de algo bueno.
Nuestros antepasados obtuvieron la mayor parte de su azúcar de frutas y granos, pero en la actualidad la mayor parte de nuestro azúcar se agrega a varios alimentos procesados: una persona promedio come 27.5 cucharaditas de azúcar agregada al día. También es difícil de reducir: el cerebro tiene un gatillo incorporado que le permite saber cuándo debe dejar de comer y el consumo de azúcar lo hace menos efectivo con el tiempo.
Cambio climático
Ya sabemos que el cambio climático global está enfermando a la Madre Tierra, pero también puede causar problemas de salud importantes en los humanos. A medida que nuestros océanos se calientan, la proliferación de algas tóxicas aumentará en probabilidad, área y duración. Las algas como Alexandrium catenella pueden contaminar los mariscos y causar todo, desde vómitos hasta la muerte por parálisis.
Mientras tanto, a medida que la Tierra se seca, se soplará más polvo hacia el océano, estimulando el crecimiento de bacterias peligrosas: el envenenamiento causado por bacterias del género Vibrio en los mariscos ya ha aumentado un 85 por ciento desde 1996.
El rápido crecimiento urbano significa que muchos sistemas de alcantarillado están cerca de desbordar y contaminar nuestras fuentes de agua. Como el cambio climático hace que las inundaciones sean más probables, esto podría convertirse en un problema real. Entre las inundaciones y el mayor crecimiento bacteriano en los océanos, no se sorprenda si las enfermedades transmitidas por el agua vuelven al mundo desarrollado.
Suprimir la ira
No estar dispuesto a participar en una discusión constructiva sobre algo que le molesta puede causar estragos en su salud. Mantener la ira aumenta el estrés, lo que a su vez acorta la esperanza de vida. Existe un enojo saludable y puede ser un mecanismo de afrontamiento efectivo. La ira también es un rasgo adaptativo que puede alentar la toma de riesgos.
Por otro lado, la ira crónica expresada en explosiones está relacionada con la presión arterial alta, un sistema inmunológico débil, enfermedades cardíacas y problemas digestivos. Un estudio de la Universidad de Michigan descubrió que las parejas que reprimían su ira tenían una tasa de mortalidad más alta que las parejas que no.
Aprender a manejar la ira y los conflictos de manera efectiva es vital para la salud, pero muchas personas no entienden cómo lidiar con su ira, castigándose por sus sentimientos. Los psicólogos dicen que no es raro que las personas experimenten una baja autoestima porque enfrentan la ira de manera ineficaz, lo que a su vez puede tener consecuencias desastrosas en la vida personal.
