Música del coronavirus

¿Cómo suena la música del coronavirus?

La encantadora música del coronavirus

Desde hace un tiempo, nos hemos acostumbrado a reconocer la colorida imagen del SARS-CoV-2. La vemos en los canales de noticias, en las publicaciones de Internet y hasta es posible que, secretamente, soñemos con ella. Ahora, gracias al desarrollo de un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), también podemos escuchar la música del coronavirus.

Como se explica en un artículo de la revista Science, los sonidos representan los diferentes aspectos de la proteína que se desprende del virus y se aferra a las células del organismo atacado. Esta particular técnica fue desarrollada por el profesor Markus Buehler. Consiste en asignar una nota musical única a cada uno de los aminoácidos que componen la proteína del virus. De este modo, se obtiene una partitura musical que refleja su estructura.

Los científicos afirman que con este método de estudio, construido mediante inteligencia artificial, es posible buscar secuencias musicales que corresponden a sitios de la proteína en los que los anticuerpos o los medicamentos podrían unirse para neutralizarla. Es decir, el proceso trabaja en ambos sentidos. A partir de la proteína se crea una partitura musical, y al modificar la partitura se puede obtener una nueva forma de la proteína.

El profesor Buehler afirma que este método de estudio, denominado sonificación, permite captar de una manera más intuitiva las estructuras moleculares de las proteínas. De hecho, dice que, luego de familiarizarse con las melodías, ya es capaz de identificar una proteína específica con solo escuchar los sonidos.

‘Nuestros cerebros son excelentes para procesar sonido. En un barrido, nuestros oídos captan todas sus características jerárquicas: tono, timbre, volumen, melodía, ritmo y acordes. Necesitaríamos un microscopio de alta potencia para ver el detalle equivalente en una imagen, y nunca podríamos verlo todo de una vez. El sonido es una forma excelente de acceder a la información almacenada en una proteína’, sostiene el profesor.

La música como metáfora del virus y del mundo

A principios del siglo XIX, el filósofo alemán Arthur Schopenhauer sostuvo que la música expresa la raíz más profunda de la existencia. Como lo refleja el filósofo español Vidal Peña, para Schopenhauer la música está más allá del mundo. Como una metáfora, ‘podría subsistir acaso cuando el mundo no subsistiese’.

Dos siglos después, el profesor Markus Buehler dice que ‘la agradable música’ que representa las proteínas del virus es también una metáfora de su modo de acción: engaña al huésped y lo explota para multiplicarse infinitamente. Agrega que su trabajo ‘explora la fina línea entre la belleza emergente de la vida y la muerte como polos opuestos. Un aspecto también de importancia crítica para los nanomateriales y la salud humana’.

Por último, más allá de las consecuencias trágicas de la pandemia que el virus ha generado, sostiene: ‘Mientras uno escucha la proteína, encontramos que el diseño intrincado resulta en sonidos interesantes y realmente agradables y relajantes. La razón de esto es que representa un diseño complejo y hermoso’.

A modo de cierre, y siguiendo con la metáfora, podríamos agregar que, como Ulises ante el dulce canto de las sirenas, necesitamos con urgencia algún fármaco que nos ate al mástil de la nave y nos tape los oídos para que la encantadora música del coronavirus deje de seducirnos y de matarnos.

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