El Centro de Investigación sobre Envejecimiento, Salud y Bienestar de la Australian National University examinó a más de 10.000 personas para conocer los efectos de la depresión y la ansiedad en el volumen cerebral. Los resultados, publicados en The Journal of Psychiatry and Neuroscience, son contundentes. Muestran que la depresión reduce una zona del cerebro. Tiene un impacto pronunciado en el hipocampo, la parte del cerebro vinculada a la memoria y el aprendizaje. Contrario a esto, cuando la depresión y la ansiedad ocurren juntas, se produce un aumento en el tamaño de la parte del cerebro vinculada a las emociones: la amígdala cerebral.
“Muchos estudios que analizan el efecto de la depresión en el cerebro no tienen en cuenta algo importante. El hecho de que las personas con depresión a menudo también experimentan ansiedad”, dijo la investigadora principal y doctora Daniela Espinoza Oyarce.
La depresión es el trastorno más debilitante en todo el mundo. Se estima que más de 300 millones de personas en el mundo la sufren, según la OMS. Por su parte, 264 millones padecen trastornos de ansiedad. Solo en Australia, donde se realizó el estudio, uno de cada seis habitantes experimenta depresión, ansiedad o ambos.
“Descubrimos que las personas que tienen depresión tienen volúmenes cerebrales más bajos en muchas áreas del cerebro, y en particular el hipocampo”, dijo Espinoza Oyarce. “Esto se vuelve aún más relevante más adelante en la vida porque un hipocampo más pequeño es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer y puede acelerar el desarrollo de la demencia”.
La ansiedad reduce el efecto de la depresión en el volumen cerebral
Un hallazgo importante en la investigación tiene que ver el efecto ignorado que producen las emociones negativas. Las personas que tenían depresión y ansiedad tenían menos contracción en muchas áreas del cerebro e incluso un aumento en la amígdala. Esto indica que el verdadero efecto de la depresión en el cerebro se ha subestimado debido a un efecto opuesto en la amígdala.
“La ansiedad reduce el efecto de la depresión en el tamaño del volumen cerebral en un 3% en promedio, lo que oculta los verdaderos efectos reductores de la depresión”, explicó Espinoza Oyarce. En resumen, según la autora de este hallazgo: «Se necesita más investigación sobre cómo la ansiedad disminuye los efectos de la depresión, pero para la amígdala, tal vez la ansiedad conduce a la hiperactividad”.
Por tanto, concluyen, el diagnóstico temprano de la sintomatología de ansiedad será crucial para garantizar tratamientos efectivos y personalizados que permitan mejorar la salud mental a largo plazo y mitigar los problemas cognitivos, dados sus efectos en el hipocampo.
Pingback: La apatía podría ser una señal temprana de demencia