Las expectativas para la red 5G es que supere a la 4G, siendo 100 veces más rápida, lo que permitirá el desarrollo de nuevas tecnologías como los automóviles conectados y la realidad aumentada. A la par de este crecimiento en países como Suiza, el Reino Unido y Alemania, van aumentando las preocupaciones por sus efectos en la salud.
Algunas personas ya se han activado para hacer conciencia de las consecuencias que este avance trae consigo. Por ejemplo: en Septiembre de 2017, los médicos y científicos lanzaron la 5G «Appeal», una petición a la UE para que aplace el tiempo de la implementación de la 5G. Comentan que implica un mayor riesgo de cáncer, estrés celular y daño genético. En 2019, la ministra de Medio Ambiente de Bruselas, no permitió un lanzamiento de la red diciendo que no convertiría a los habitantes de la ciudad en «ratones de laboratorio». En Berna, Suiza en mayo de 2010, protestantes lograron detener la construcción de antenas 5G.
Radiación ionizante y no ionizante
Casi todos los equipos eléctricos emiten radiación electromagnética que envía radiación no ionizante, como teléfonos, hornos de microondas, independientemente de la generación de red. La radiación no ionizante tiene efectos para la salud completamente diferentes de la radiación ionizante, que es más alta en el espectro e incluye rayos X o radiación nuclear, que han demostrado tener efectos nocivos para la salud humana.
5G: Ondas milimétricas
Desde que tenemos teléfonos móviles, ha habido preocupaciones sobre sus efectos negativos para la salud. La radiación 5G será en gran medida igual que antes para 4G, 3G y 2G, excepto por un área: ondas milimétricas. Estas ondas son más altas en el espectro que las frecuencias que utilizamos hasta ahora para las telecomunicaciones móviles, aunque todavía son radiaciones no ionizantes. Pueden transferir mas información en distancias más cortas, sin embargo, aún hay poca información sobre sus efectos en la salud. Sabemos que no penetran en nuestra piel tanto como las ondas de baja frecuencia, pero eso también podría significar una evaluación de riesgo diferente, con más atención puesta en la piel.
Es urgente el progreso de estas investigaciones, aunque su legitimidad se pone en duda pues la mayoría son financiadas por compañias de telecomunicaciones. Se teme que esto pueda influenciar los resultados de la investigación. Hasta ahora, la UE ha financiado algunas investigaciones sobre radiación electromagnética, pero actualmente no existe ningún proyecto de la UE que se centre en los efectos del 5G sobre la salud.
¿Tú que piensas? ¿Debemos detener el implemento de la red 5G o solo tomar precauciones para proteger nuestra salud?