Iniciemos con esta pregunta ¿Somos realmente positivos? Probablemente la mayoría de personas puedan decir que sí o bien lo intentamos ser la mayoría del tiempo.
Pero ser positivo a no querer ver la realidad que sucede a nuestro alrededor, son dos cosas totalmente diferentes.
El famoso escritor estadounidense Mark Manson en su obra: The subtle art of not giving a f*ck («El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda / un carajo», 2018).
Expresa:
«Cualquier intento de escapar de lo negativo -evitarlo, sofocarlo o silenciarlo- fracasa. Evitar el sufrimiento es una forma de sufrimiento. La negación del fracaso es un fracaso«.
Ser positivo nos ayuda a superar nuestros límites, tener un panorama general de las cosas y lograr pensar soluciones para resolver problemas justo a tiempo.
Según se dice los positivos extremos o tóxicos pueden tener la casa incendiándose a su alrededor, pero como están tan concentrados en que todo va cambiar, nunca se preocupan para resolver los pendientes o problemas que agobian.
Crear esta actitud falsa positiva nos lleva a caer a un abismo sin fondo, no es recomendable silenciar nuestras emociones, debemos vivir con ellas aprender de cada experiencia que toca nuestras vidas.
No olvidemos que vinimos a este mundo a lograr experimentar, aprender de nosotros mismos y reinventarnos como seres humanos.
Contamos con espíritu al cual todos los días debemos alimentar, nuestras energías son el reflejo de lo que somos.
«La paleta de colores emocional abarca emociones desreguladas, como la tristeza, la frustración, la rabia, la ansiedad o la envidia. No podemos obviar que, como seres humanos, tenemos ese rango de emociones que tienen una utilidad y que nos dan información sobre qué sucede en nuestro entorno y en nuestro cuerpo. No podemos ignorarlas», le explica a BBC Mundo.
Somos realmente positivos: resiliencia desde dentro hacia fuera
Aceptemos nuestro alrededor y el entorno que tengamos por más o complicado que sea. Una vez que aceptamos lo que nos aqueja, comencemos a buscar soluciones que nos ayuden a cambiar o solucionar nuestra situación.
No esperemos eternamente que la solución venga por si misma sola y con una maleta de dinero.
Seamos conscientes que el cambio comienza en uno mismo, aceptemos nuestra paleta de colores y vivíamos cada una de esas emociones, reprimirlas solo provocaran que algún día quieran salir sin preámbulos y en el momento menos esperado.
No ser positivo siempre es un comportamiento normal de todos los seres humanos, caer en la trampa de una positividad extrema nos puede llevar a sufrir trastornos o depresiones.
Está bien sentirse mal, pero NO está bien, dejar que esas emociones te consuman.
Recuerden que somos dueños de nuestras emociones, nosotros controlamos nuestra mente, no ellas a nosotros.
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