Ovnis y extraterrestres. Siempre han estado aquí. (2da Parte)

En la primera parte de este artículo, vimos algunas de las alucinantes obras de arte pictórico antiguo. Obras que muestran a seres extraños con aparentes trajes espaciales o vehículos voladores. Estos, en su mayoría, en forma de platillo volador, en épocas donde no existían ni los globos aerostáticos. Por lo que, nuestro sentido común intuye, que los ovnis y extraterrestres, siempre han estado aquí.

Por esto es imposible atribuirle un aire de «casualidad» a estas manifestaciones artísticas que intentaron transmitir un mensaje. Revelar una verdad prohibida para su época. Pareciera que apostaron a que estas señales o pistas en sus pinturas, pudiesen arrojar claridad a las generaciones futuras. Pero, ¿arrojar claridad sobre qué?. Sobre el verdadero orígen de los llamados ángeles y profetas.

Para nadie es un secreto, que la mayoría de los pintores y otros artistas de la antigüedad, pertenecían a selectos grupos herméticos. Estos grupos o sectas, manejan mucha información privilegiada sobre el mundo espiritual, la cosmogénesis y la astrología, madre de la astronomía actual. Esta última, no tiene nada que ver, salvo pequeñísimas excepciones, con el circo adivinatorio de la mal llamada astrología actual.

¿Por qué pintar platillos voladores en sus cuadros?

Estas sociedades secretas procuraban transmitir verdades a la posteridad, verdades ocultas que en su época no podían ser reveladas. Ya sea por la incapacidad de comprensión de las sociedades de su tiempo o por la opresión propia del oscurantismo imperante. Por lo que es evidente, que conocían sobre la presencia de estos viajeros estelares por transmisión hermética del conocimiento entre ellos, de generación en generación. Por esto acordaron, esa peculiar manera de transmitirlos a la generación actual, asegurando la supervivencia del mensaje encriptado en sus pinturas.

Esto es una forma ingeniosa, pues, los manuscritos corrían mayor riesgo de perderse en el tiempo o ser censurados como actualmente aún lo son muchos de estos. Por ejemplo, los manuscritos del mar muerto. Aunque hoy gran parte de estos han visto la Luz, pesa sobre ellos la censura religiosa, o la ridiculización mediática. Otro ejemplo de esto lo tenemos el los evangelios apócrifos o el libro de Enoc. Suprimidos deliberadamente de lo que hoy llamamos la biblia, en el concilio de Nicea en el año 325.

Claramente nos legaron el conocimiento encriptado, de que, los llamados ángeles y carros de fuego de la antigüedad y plasmados en la biblia o el Bhagavad Gita Hindú no son más, que los hoy llamados ovnis y extraterrestres. Sabían, tal como lo sabía Jesús, que era en esta presente época que comenzaría el despertar de consciencia y este tipo de arte actuaría como catalizador de ese despertar.

¿Quienes son y para que nos visitan?

Esta es la parte más compleja del asunto. Por esto debes poner a tono ese sexto sentido que tenemos todos. Ese sentido que alguién un día llamó «el más común de los sentidos» y que no es otro que tu sentido común. Por ejemplo, si estás interesado en el fenómeno ovni, es porque tu sentido común te dice que un universo infinito, donde existen trillones de trillones de galaxias como la nuestra, con trillones de sistemas solares con planetas, es imposible que seamos la única civilización existente.

De esto no tiene que convencerte la NASA, aunque a diario te mienta, asegurando que no se ha detectado vida extraterrestre. Tu sentido común, que no es otra cosa, que la sabiduría divina manifiesta en tí, te susurra al oído a diario la verdad. Pues, de igual manera debes agudizar ese sentido común, para que se manifieste la verdad sobre estos mensajeros cósmicos ancestrales.

Pero dejemos para la tercera parte de este artículo, la revelación de la verdad sobre la identidad y el orígen de estos seres, su clasificación moral y tecnológica y sus intenciones con nosotros. No te pierdas el próximo artículo.

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