En mi artículo anterior sobre el caso Roswell, dejamos al Mayor Jesse Marcel, desmintiendo el comunicado que el alto mando de su base militar, había emitido a la prensa. Paralelamente el material ha sido recogido del rancho. Van a una base militar en Texas, en tres aviones. Y luego de la rueda de prensa de Marcel, desmintiendo lo del platillo volador y colando la historia del globo meteorológico, Brazel hace lo propio. En una entrevista, apenado, pide disculpas por el alboroto. A partir de ahí, el caso se enfría. Ahora trataré de poner ante tus ojos, el misterio de Roswell develado.
Como se sabrá, décadas después,en boca de Jesse Marcel Jr, Su padre mostró parte de los objetos extraños a su familia. Lo hizo la noche antes de que los transportaran a la base en Texas. Refieren que quedaron maravillados con lo que vieron. El material era más ligero que el papel. Como los otros testigos que los vieron en el bar y en la farmacia del pueblo de Corona, también observaron los extraños símbolos en algunos de los fragmentos.
Afirman, que lo que vieron en su casa, nada tiene que ver con lo mostrado luego por Jesse Marcel a la prensa, como un globo meteorológico. Es obvio que le ordenaron ocultar la verdad. La prensa se olvida del caso y todo queda como un fiasco ante la opinión pública. No así para el par de decenas de testigos, que obligados a callar, décadas después, tendrían la oportunidad de contarlo todo.
Tres décadas de silencio
Después que la fuerza aérea desmiente la versión del platillo volador, el caso se enfría durante tres décadas. Aunque entre los pobladores continuaban los rumores, los testigos reciben visitas de extraños que los obliga a callar. Ya no eran uniformados de la fuerza aérea amenazando con consecuencias desagradables si continuaban hablando. Ahora entraban en escena, hombres de traje y corbata negra, sombrero y lentes de sol oscuros. Estos son los que decadas despues, serian conocidos como «Los Hombres de Negro».
¿Y por que al final, no creerle a las fuerzas aèreas de Estados Unidos?. Venían de «ganar» la segunda guerra mundial y de participar en la creación y lanzamiento de las primeras bombas atómicas del mundo. Eran prácticamente unos héroes nacionales para el momento, ¿Quién se atrevería a contradecirlos?. Por supuesto que nadie, pues, para esa época, la palabra de los militares estadounidenses era ley.
Durante treinta años, el incidente de Roswell queda olvidado y la región nuevamente se convierte en un punto ignorado en el mapa de Nuevo México.Y cuando todo parece indicar, que jamás se volverá a saber del asunto, aparece en escena el físico nuclear Stanton Terry Friedman. Éste había trabajado para la NASA y los laboratorios de propulsión a chorro. Desde 1958 se interesa por el fenómeno ovni, pero es cuando asiste a una conferencia, que escucha del caso del ovni de Roswell.
Habla Marcel y Roswell reaparece con más fuerza
En dicha conferencia, en el año de 1977, a Friedman le llama mucho la atención, el suceso de Roswell y escucha hablar sobre el Mayor Jesse Marcel. No pierde tiempo y lo busca y logra encontrarle entre 1978 y 1979 y lo entrevista. Jesse Marcel que para ese entonces era un hombre de avanzada edad, le contó toda la verdad. Le dijo que lo de Roswell había sido un vulgar encubrimiento gubernamental. Que de ninguna manera había sido un globo meteorológico lo que ahí había caído.
Claramente le informó, que lo que él había recuperado en 1947 en los alrededores de Roswell, era ni más ni menos, un platillo volador de origen extraterrestre. Lo más estremecedor, es que le confiesa a Friedman, que no fue el único incidente en la zona. Jesse Marcel asegura que entre mediados de Junio y principios de Julio de 1947, fueron varias las naves extraterrestres estrelladas en la zona, entre Roswell, Corona, Socorro y las llanuras de San Agustín. Y le refiere que en la base militar vió como hacían pruebas sobre el material encontrado de símbolos extraños.
Además le indica, que el material en su mayoría era tan delgado como una hoja de papel, ultra ligero. Indicó que no podía quemarse, no podía ser rayado e incluso, tampoco pudo ser perforado por los taladros más potentes. Probaron hacer una abolladura en su superficie con un martillo pistón de 16 libras, pero este no logró hacerle el menor daño. Y abiertamente acusó a su superior de aquél entonces, el General Roger Ramey, de obligarle a tomarse fotos con las piezas de un globo meteorológico en sus manos para desmentir la versión del platillo volador.
Es de aquí en adelante, con la investigación de Stanton Friedman, que el expediente del caso Roswell, empieza a crecer y toda la verdad comienza a abrirse paso. Y aunque siguen existiendo amenazas sobre los testigo, estos se animan a hablar libremente.
Y tu, si estas resuelto a saber toda la verdad, sobre este caso tan impactante, no te pierdas mis siguientes artículos. Donde podrás conocer el testimonio real del resto de los testigos y el porqué estos seres terminaron accidentados en Roswell.
Excelente saga. Leí los dos capítulos anteriores y espero con ansias el resto. No pude comentar los anteriores artículos porque no sale para colocar comentarios. Saludos