Una conocida expresión popular asegura que no debemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Aunque la frase sea oportuna cuando se trata del trabajo o de actividades recreativas, también debe pensarse como forma de vida. Aprovechar el momento se convirtió en un mantra y una forma de vida. Sin embargo, también se volvió en un mecanismo de campaña publicitaria para fomentar el consumo constante. Retirando los fines comerciales, hablar de no dejar pendientes para otro día es sumamente adecuado cuando se trata de momentos y actitudes con nuestros seres queridos. Hablamos de no dejar para mañana el cariño que puedes dar hoy.
Para una existencia feliz y armoniosa es de vital importancia no dejar para luego las manifestaciones de cariño en todas sus formas. Esto se debe a que forma parte de nuestra esencia como especie y de un deseo innato de contacto físico. Decirle a nuestros padres, hermanos, hijos, parejas y amigos cuánto los amamos es una buena forma de elevar su ánimo y de demostrar interés. No sabemos si esa persona, en ese preciso momento, deseaba sentirse querida e importante para alguien, pero un «te quiero» no le cae mal a nadie. Además, expresar amor hace bien al receptor y aún más al emisor.
La pandemia que enfrenta el mundo es una muestra de lo importante que es demostrar afecto a los demás. Vivimos en medio de una emergencia que puede arrebatarnos a nuestros seres queridos sin previo aviso y es mejor si ellos saben en todo momento lo que significan para nosotros.
No dejar para mañana el cariño hacia nosotros
Las demostraciones son igual o más significativas. No basta con decir lo que sentimos, aunque para algunas personas sea difícil también hay que mostrar con acciones ese sentimiento. Cosas tan simples como un abrazo o una caricia pueden decir más que mil palabras para alguien puede necesitar afecto, pero no lo dice. Esto, siempre y cuando, sean personas cercanas, que vivan con nosotros o conozcamos su forma de vida. Es necesario seguir respetando el aislamiento, pero lo que decimos se relaciona más a nuestros convivientes.
Incluso aplica para nosotros mismos. Quizás suene ridículo para varias personas, pero hay momentos en los que debemos recordarnos lo importantes que somos. Debemos querernos y tratarnos con cariño. Debemos saber que somos lo más valioso que tenemos.
No se trata de caer en el egocentrismo vacío y egoísta. Todo lo contrario, saber querernos y tratarnos bien es la única forma de querer al entorno. No perdamos el tiempo. Tomemos el teléfono y hablemos con todos nuestros seres queridos para expresarles lo que sentimos. Lo que no se dice afuera, se pudre adentro. Alegremos el día de los demás y, de paso, el nuestro también.
