Nigeria el país del mundo que más usa criptomonedas

África fue históricamente el continente más golpeado económicamente y más desplazado del planeta. Ahora, parece que la llegada de la democratización de divisas con las criptomonedas significan una esperanza para países en los que gran parte de su población no está bancarizada. Uno de los ejemplos más claros es Nigeria.

El país nigeriano estuvo a la sombra de otros países africanos con mayor variedad producción. Además, estuvo históricamente empobrecido por los saqueos a sus recursos, por las guerras entre clanes y por la mala gestión de sus gobernantes. Esos factores fueron determinantes para que una porción de su población se vuelque al Bitcoin, como resguardo para solventar algunas fallas estructurales de su economía.

Con un población de casi 200 millones de habitantes, un tercio del país afirma utilizar las criptomonedas en su vida cotidiana, según una encuesta online revelada por Statista, el  pasado 11 de febrero del 2021. Esa cifra convierte al país africano en el que más adoptó el dinero digital, con respecto a la proporción de habitantes. Con un 32%, Nigeria encabeza la lista de 74 países en la Encuesta Global de Consumidores de Statista.

Según la BBC, se realizan USD 1.1 millones de transacciones de criptomonedas por mes en Nigeria, registradas en la plataforma Paxful, con un promedio de USD 100 gastados en promedio en cada operación, casi el 50% del valor registrado en los Estados Unidos.

La prohibición no es un obstáculo para las criptomonedas en Nigeria

A pesar de que en el 2017 se impuso una prohibición sobre el uso de estos activos digitales por parte del Banco Central de Nigeria, en la práctica no se cumple. El pasado 7 de febrero el organismo emitió un nuevo comunicado más duro y crítico contra las criptomonedas. La medida generó una gran cantidad de cuentas suspendidas y clausuradas hacia importantes empresas del entorno criptográfico e inversores del ecosistema.

Para muchos, las criptomonedas representan libertad financiera. Significan, además, un método fiable y económico de enviar dinero más allá de las fronteras y barreras impuestas por los sistemas financieros tradicionales. Esa ideología está cada vez más arraigada en países que perdieron la confianza por los sistemas políticos actuales.

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