Auroville

Auroville: la ciudad que sobrevive sin dinero, policía ni religión

¿Imaginas un lugar en el mundo en el que no necesites dinero para vivir? Ese lugar existe y se llama Auroville. Se trata de una pequeña ciudad de la India, pensada con un criterio completamente diferente al que estamos acostumbrados. En ella, no solo es posible vivir sin dinero, sino también sin policía ni religión.

Fundada en 1968, Auroville (ciudad de la Aurora) es la materialización del sueño de Mirra Alfassa, más conocida como ‘la Madre’. Siguiendo los preceptos del místico hindú Sri Aurobindo, Alfassa imaginó ‘un lugar que ninguna nación pudiese reclamar como suyo; donde todo ser humano de buena voluntad que tuviera una aspiración sincera pudiera vivir libre como ciudadano del mundo obedeciendo a una sola autoridad, la de la suprema verdad’.

Ese sueño es hoy una ciudad universal reconocida por el Estado indio y respaldada por instituciones internacionales como la Unesco. Aunque fue pensada para albergar a 50 mil personas, en la actualidad tiene unos 3 mil habitantes. Se trata de personas provenientes de distintas naciones, de diferentes culturas y religiones. En definitiva, una pequeña muestra de la ‘humanidad en su conjunto’.

La Carta de Auroville

La Carta es, de algún modo, una breve constitución que contiene los principios básicos que deben regir la sociedad. Consta de los siguientes preceptos:

  • Auroville no pertenece a nadie en particular. Pertenece a la humanidad en su conjunto. Pero para vivir en ella es necesario ser un servidor voluntario de la Consciencia Divina.
  • Auroville será un lugar de educación permanente, de progreso constante y de una juventud que nunca envejece.
  • Auroville quiere ser el puente entre el pasado y el futuro. Aprovechando todos los descubrimientos exteriores e interiores, quiere lanzarse audazmente hacia las realizaciones futuras.
  • Auroville será el lugar de búsqueda material y espiritual para dar cuerpo a una unidad humana concreta.

¿Es posible vivir sin dinero?

Tal vez no resulte tan problemático imaginar una sociedad sin una religión determinada o sin una fuerza pública. Pero ¿cómo se puede vivir sin dinero? En este punto, habría que aclarar una posible confusión. En Auroville no existe el dinero, pero es necesario participar de los grupos de trabajo que sostienen la comunidad.

El trabajo, sin embargo, tiene un significado diferente del habitual. De acuerdo con el sueño de ‘la Madre’, ‘en este lugar ideal, el dinero ya no sería el amo y señor; el valor individual tendría muchísima más importancia que la riqueza material o la posición social. El trabajo no sería el medio de ganarse la vida, sino el medio de autoexpresión y desarrollo de las propias capacidades y posibilidades’.

Para ello, la ciudad cuenta con zonas dedicadas a la industria sustentable y al desarrollo de proyectos culturales. Una parte de los ingresos necesarios para sostener la vida de sus habitantes proviene de la exportación de esos bienes y servicios.

Esta economía experimental no deja de tener sus inconvenientes y contradicciones. Aunque el dinero no existe como tal para la vida cotidiana, es necesario contar con una ‘unidad de intercambio’ que sirva como referencia para la contabilidad económica de la ciudad. Además, existen ciertos bienes y servicios que sí son de pago para quienes ingresan como turistas (tiendas, restaurantes, cafeterías).

El Matrimandir, centro geográfico y espiritual de Auroville

El centro de nuestras ciudades suele ser un área de alta densidad humana, con todo el desorden y el ruido que eso implica. Todo lo contrario ocurre en Auroville. Su centro es una esfera dorada que contiene doce cámaras de meditación. En su interior, el silencio es tan absoluto que puede resultar insoportable para las personas no acostumbradas a ello.

El Matrimandir es el alma de Auroville, el punto central de esta pequeña galaxia que se abre en espiral hasta un anillo de bosques que marca su límite con el exterior. Es, además, el símbolo de una comunidad que aspira a una vida espiritual, a un contacto con el todo y con uno mismo, pero sin enmarcarse en una religión en particular.

Según ‘la Madre’, su significado consiste en ‘enseñar a la gente que no es escapando del mundo o ignorándolo como realizarán al Divino en la vida’. Además, deja en claro su propósito solitario y silencioso al advertir que ‘no se irá allí para meditaciones conjuntas o cosas por el estilo, será un lugar de concentración’.

Auroville: ¿realidad o sueño imposible?

Han pasado más de 50 años desde la fundación de la ciudad. Es cierto que aún no se han podido cumplir todas las aspiraciones que se plantearon al principio. Sin embargo, no deja de ser meritorio que el deseo de una sociedad más espiritual, menos enfocada en el éxito material, haya sobrevivido más de medio siglo y continúe vigente.

En Auroville no existe la política tal como la conocemos en nuestras sociedades. No obstante, no dejan de suscitarse opiniones diversas en cuanto al presente y al futuro de la comunidad. Una de las mayores amenazas consiste en el riesgo constante de convertirse en un mero atractivo turístico, en un destino exótico para pasar las vacaciones.

Acaso una manera justa de definir Auroville, con sus virtudes y defectos, sea considerarla un hermoso sueño en permanente construcción.

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1 comentario en “Auroville: la ciudad que sobrevive sin dinero, policía ni religión”

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