Se prevé que durante los próximos años se produzcan vientos de tormenta más fuertes, lo que provocarían olas más grandes y peligrosas que las actuales debido al cambio climático. Esta fue la conclusión a la que llegaron científicos de la Universidad de Melbourne.
Los investigadores simularon el cambio climático bajo diferentes condiciones de viento, recreando tormentas para evaluar la magnitud y la frecuencia de estos eventos extremos. Estos fenómenos se volverían regulares durante las próximas décadas.
Las consecuencias del calentamiento global no solo traerán un aumento paulatino de las temperaturas durante las próximas décadas. Además, afectará a la extinción de miles de especies, al deshielo y a la presencia de tormentas cada vez más fuertes, lo que provocaría unos vientos huracanados más frecuentes que derivarían en olas extremas en las costas.
En el informe afirman que la cantidad y el tamaño de las olas se incrementaría. Si no frenamos las emisiones globales, habría un aumento de hasta un 10 % de la frecuencia y magnitud de olas en regiones oceánicas extensas. En concreto, la zona más afectada por este fenómeno sería la que forma el Océano Austral.
Consecuencias desastrosas del cambio climático en las olas
Las consecuencias de que se generen tormentas extremas serían desastrosas. Provocarían un aumento del nivel del mar y daños en las infraestructuras, algo preocupante considerando que alrededor de 290 millones de personas en el mundo ya viven en regiones donde hay un 1% de probabilidad de inundaciones cada año.
“Un aumento en el riesgo de eventos de olas extremas puede ser catastrófico, ya que las tormentas más grandes y más frecuentes causarán más inundaciones y erosión de la costa”, comentó el profesor investigador Ian Young, de la institución australiana.
De esta manera, las costas de Australia, el Pacífico y América del Sur, podrían contar con estos eventos regulares extremos para finales de este siglo.
