Resurgir como Ave Fénix

Prepara tu nido, muere y resurge como el Fénix

En nuestra cultura como en otras alrededor del mundo, existe en el imaginario colectivo, la imágen de un Ave parecida a un águila que sale de su tumba, con su cuerpo en llamas y emprendiendo el vuelo al cielo, a lo alto. Ha sido un simbolo de resiliencia para muchas personas, las que manifiestan querer ser como esta ave, que resurge de las cenizas.

También el mito habla, que cuando esta ave siente que va a morir, busca algunas ramas aromaticas, hace un nido y reposa en lo que podemos llamar un nido funerario. Luego de ello, el ave se consume en su propio fuego interior para luego renacer de las cenizas y buscar el cielo, volar a lo más alto.

« cuando el Fénix ve llegar su final, construye un nido especial con ramas de  roble y lo rellena con canela, nardos y mirra, en lo alto de una palmera. Allí se sitúa y, entonando la más sublime de sus melodías, expira. A los 3 días, de sus propias cenizas, surge un nuevo Fénix y, cuando es lo suficientemente fuerte, lleva el nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol «. Como el nuevo Fénix acumula todo el saber obtenido desde sus orígenes, un nuevo ciclo de inspiración comienza.

Ovidio

El Ave Fénix en diferentes culturas

Esta ave, por ejemplo en Egipto se le conocía como Bennu y siempre ha simbolizado la ascención al cielo, la purificación del ser a través del fuego y el ciclo de muerte y resurrección. Dependiendo de la cultura que haga referencia de esta ave, tendrá alguna característica particular, pero todas coinciden que es majestuaosa y que va rodeada de fuego buscando al cielo.

En china se le conoce como el Fêng-Huang, para los griegos era Phoenicoperus que significa alas rojas,tal como se le conoció en la Europa Romana. Para el Catolicismo, es conocida una historia de un pájaro de lindo plumaje que anidaba en un árbol de rosas y fue el único que no quiso comer del árbol prohibido, por lo que cuando Adán y Eva salieron del Eden, la chispa que venía de la espada de un Ángel, cayo en su nido y éste ardio en llamas, resurgiendo de sus cenizas y recibiendo la inmortalidad como regalo a su lealtad.

El ciclo de Morir y Resurgir

Al leerme pensarás que sólo me refiero al ciclo de nacer, crecer y morir y que dependiendo de cada creencia podría estar escribiendo en el resurgir de la resurrección o de la reencarnación. Déjame decirte que, este ciclo lo vivivmos muchas veces a lo largo de la vida que estamos experimentando en la actualidad.

Te pregunto, ¿Recuerdas cuántas cosas pensabas a los veinti tantos años que no eran negociables para ti y ahora no tienen el mismo significado?. Bueno, te comento que, como esos recuerdos tuyos tengo muchos, algunos han muerto y han sido transformados.

Hemos visto morir relaciones, creencia, circunstancias desagradables y convertirse en algo totalmente distinto. A veces sabemos que eso que sentimos o que creíamos, ya no es más y debemos tomar ciertas ramas como el ave fénix, apartarnos y dejarnos consumir por nuestro fuego interior.

Sólo dejando ir aquello que ya no es, estaremos en la capacidad de transformarnos en algo cada vez más cercano, a lo elevado, a nuestra fuente. El arder en nuestro fuego interior, por supuesto que en ocasiones no es una experiencia agradable, donde pueden saltar muchas dudas y donde quizá no dejemos de preguntarnos; ¿Por qué?.

Ese cuestionamiento, viene de nuestro miedo y de la resistencia a cambiar, a que quizá no va a ser lo mismo después de pasar por ese fuego y el temor a soltar aquello a lo que estamos atados con tanto apego. La enseñanza que nos deja el Ave Fénix, es que debemos preparar nuestro nido, cuando ya sabemos que vamos a «morir» para tener el espacio y la disposición de ser transformado por el fuego que emana de nuestro interior.

Símbolo de la confianza y esperanza

Luego de leer sobre el significado más allá de lo físico del símbolo del Ave Fénix, recuerda siempre cuando pienses en él, en el mensaje de confianza en nosotros mismos y la esperanza de ser transformados siempre en algo que está más cerca a lo divino. A pesar de las apariencias, en tu interior se encuentra todo lo que necesitas para transformarte.

Ámate cada día, reconoce tus aciertos, acepta los momentos en que tienes que replegarte. Prepara tu nido, recuerda que cada uno está viviendo su propia experiencia con altos y bajos. Es nuestro derecho como el de todos, tener el espacio suficiente para que la divinidad en nosotros brille como el sol y pueda consumir y transformar aquello que ya no es en nosotros.

Un abrazo de luz.

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