Hace tan solo unos quinquenios atrás el finalista del Pullitzer Nicholas Carr predijo que seríamos intelectualmente limitados por la tecnología.
Hoy iniciando el 2021, muchas de sus predicciones son certeras y nos encontramos ante un panorama poco alentador para las futuras generaciones.
La pregunta inicial que podríamos empezar hacer seria ¿porque el acceso a tanta información nos hace ser menos inteligentes?
Acaso googlear nos ha vuelto más vagos… Nicholas Carr predijo desde hace 10 años atrás que esto iba a suceder.
Se suponía que Internet nos ayudaría a ser perspicaces, audaces e inteligentes; sin embargo ha sucedido todo lo contrario.
Pareciera que el sistema y el mundo, nos adaptaran a tener todo a nuestra disposición y a la vez no.
Es increíble como las personas leen cada vez menos o bien no recuerdan cual fue el último libro que leyeron.
En los últimos estudios realizados a las nuevas generaciones, indican que hay una menor capacidad de concentración, memoria y procesamiento de la información.
A cuantos les ha sucedido que buscan alguna información en Internet y esta misma página te distrae de tu objetivo final.
Publicidad paga, cookies, ventas emergentes y todo tipo de distracciones que no te permiten leer o buscar la información original.
Limitados por la tecnología: ¿realmente a que nos enfrentamos?
Las generaciones actuales viven aceleradas, buscan respuestas rápidas y no leer mucho.
Si prestas atención, los artículos o notas de intereses que puedes buscar en Internet, son de un máximo de dos páginas.
Perdemos a los lectores después de la segunda página, no hay interés o simplemente se aburrieron.
Esta es la era que vivimos, los grandes libros se pierden con el pasar de los años y las personas son cada vez más perezosas para aprender.
Internet ha sido diseñados para brindar información de una forma que pueda debilitar nuestra capacidad de atención.
Cuántas veces hemos tomado nuestro Smartphone y hemos comenzado a navegar en redes sociales sin rumbo, hasta que nos percatamos que llevamos varios minutos viendo redes sociales o información sin ningún objetivo alguno.
Nos estamos volviendo mentes poco pensantes, no investigamos leemos la primera información que encontramos y creemos 100% que es fidedigna. Dejamos que otros piensen por nosotros y nos perdemos en este océano gigante de desinformación.
Sabemos que somos dependientes de la tecnología y que las redes sociales utilizan nuestros datos, para bombardearnos con publicidad las 24 horas del día.
¿Pero hemos realizado un cambio? Los invito a tomar un libro y comenzar a desconectarse un poco del mundo digital.
No podemos darle la espalda a la tecnología, pero si podemos controlar nuestros impulsos y decidir cuándo es suficiente.
Nuestro pensamiento crítico e inteligencia son nuestras mejores armas, no seamos un número más en este mundo lleno de desinformación. Seamos agentes de cambio y despertemos de ese largo sueño.