¿Qué esconden nuestros ojos? Las pupilas podrían ser una puerta a nuevos diagnósitcos clínicos y el controvertido futuro de la tecnología biométrica. Se cree que en ellos hay información confidencial que pueden controlar dispositivos de realidad virtual y ser escaneados por software de Inteligencia Artificial en busca de respuestas. También, podrían revelar si hemos sufrido un trauma.
La investigación realizada por científicos galeses muestra que las pupilas de una persona pueden revelar si sufrieron una experiencia traumática en el pasado. El trastorno de estrés postraumático ocurre cuando una persona experimentó eventos como un accidente automovilístico, una pérdida abrupta, episodios de violencia o abusos sexuales, entre otros. Estas personas suelen tener una mayor sensibilidad o hiperactivación a los eventos cotidianos y mostrar incapacidad para desconectarse y relajarse, entre otros síntomas.
La investigación fue dirigida por la doctora Aimee McKinnon de la Universidad de Cardiff y publicada en la revista Biological Psychology. Buscaron rastros de eventos traumáticos en los ojos de pacientes que padecían TEPT midiendo la pupila del ojo. Los participantes veían imágenes amenazadoras. En ellas, aparecían animales depredadores o armas, junto con otras imágenes que mostraban eventos agradables.
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La respuesta de las personas con TEPT fue diferente a la de otras personas. Incluyendo aquellas que habían estado traumatizadas pero que no tenían TEPT. Al principio, la pupila no pudo mostrar la constricción aguda normal que es causada por los cambios en el nivel de luz. Sin embargo, después las pupilas crecieron más ante los estímulos emocionales que en el caso de otros participantes.
El estudio concluyó que las pupilas de los pacientes con TEPT no solo mostraron una respuesta exagerada a estímulos amenazantes. También lo hicieron con estímulos que representaban imágenes “positivas”, como emocionantes escenas deportivas.
“Esto muestra que la hiper-respuesta de la pupila se produce en respuesta a cualquier estímulo excitante, y no solo amenazante. Esto puede permitirnos usar estas imágenes positivas en la terapia, en lugar de depender de imágenes negativas. Estas pueden ser bastante molestas para el paciente”, indicó Nicola Gray de la Universidad de Swansea, coautora del artículo junto con el profesor Robert Snowden de la Universidad de Cardiff. Esta idea será probada de forma empírica antes de probarse en prácticas clínicas.
Los hallazgos, según McKinnon, permiten comprender algo importante. Aquellos que padecen trastorno de estrés postraumático están preparados automáticamente para las respuestas de amenaza y miedo en un contexto emocional incierto. Los profesionales médicos deberán considerar el impacto de los estímulos positivos en terapia, ya que estos también pueden desencadenar de inmediato el sistema de amenazas.
Fuente | Technology Networks
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