Nihilismo moral: qué propone la postura filosófica que cuestiona el bien y el mal

Estamos en una época de cuestionamiento de verdades absolutas y una corriente filosófica que crece y gana adeptos es el nihilismo moral. Este es la visión metaética (la parte encargada de estudiar sobre el origen de los principios éticos) que que indica que los postulados éticos son falsos. Estas ideas proponen que la sociedad está construida en falsos principios morales.

Según el nihilismo no hay proposiciones morales que sean verdaderas, ni tampoco se concibe la idea de que existan proposiciones que sean moralmente buenas, malas, incorrectas o correctasConsidera que no hay verdades morales. Por ejemplo, un nihilista moral diría que el asesinato no es un hecho ni correcta ni incorrecta. En tanto es posible que con nuestras capacidades podamos quitarle la vida a otro ser vivo, deja de lado la idea de ser un hecho no natural y destierra la dualidad moral en como mediadora de nuestra cultura: el bien y el mal. El asesinato, el ejemplo más exagerado para referirse a la acción más maligna e infame que pueda cometer una persona, adquiere una clasificación difusa cuando es un hecho de venganza por un ser querido.

El nihilismo cuestiona el esquema arbitrario en la moralidad

Definir qué es la moralidad es algo complejo, hablando de que hay ciertos juicios que se podrían considerar como imparciales y universales. Encontrar un fundamento sólido sobre si estos juicios son verdaderos o falsos es algo todavía más difícil, dado que es difícil utilizar un aspecto universal de la ética para crear una teoría ética que pueda permitir al ser humano tener la certeza de qué aspectos morales son correctos y cuáles no. Hay los defensores del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el dejar de sufrir de los enfermos terminales. Por otro lado, algunos sostienen que la vida es algo sagrado y arrebatarla es atentar contra la moral. ¿Qué está bien y qué está mal? Esa es la pregunta que propone el nihilismo moral.

Partiendo de esa base, la idea de lo «correcto» entonces no es más que una cuestión de subjetividad absoluta, que depende de miles de criterios socio-culturales. Es la cultura la que nos induce a tener un sistema de creencias y valores que nos hace justificar nuestras acciones y las acciones de los demás como algo bueno o algo malo. En función de lo inconsistentes que sean las acciones de los demás con respecto a nuestros principios morales, esto nos producirá más aceptación o rechazo a su conducta. El nihilismo moral se pregunta de dónde salen estos postulados.

Lo verdadero y lo falso, lo correcto y lo incorrecto

Existen dos maneras de filtración moral dentro de esta postura. Una de las dos visiones considera que todo enunciado moral, tanto si especifica que es correcto como lo que es incorrecto, no es ni verdadero ni falso. Es decir, y en relación con el ejemplo del asesinato, el acto de quitarle la vida a otra persona no sería ni algo malo, como está conformado de acuerdo a la visión moral de la mayoría de las personas, pero tampoco sería algo bueno. Simplemente sería la acción de quitarle la vida a otra persona, objetivamente hablando.

Por otro lado, tenemos el punto de vista pragmático, que considera que cualquier enunciado, describa una acción moralmente correcta o una incorrecta, es, necesariamente falsa. El motivo de ello es que no hay forma de fundamentar moralmente absolutamente nada, por lo tanto, afirmar qué está bien y qué no lo está implica estar mintiendo, con lo cual se dice una falsedad.

John Leslie Mackie, conocido por ser el más famoso pensador sobre las ideas en las que se apoya el nihilismo moral, plantea la teoría del error. Propone que no existen propiedades puras y duras que nos permitan determinar si una acción es correcta o no. En definitiva, no hay propiedades morales verdaderas, nada está bien ni mal. Según estas ideas, ningún juicio moral es verdadero, ya que  fallan al describir las características morales de las cosas y por ende pierden legitimidad. Lo subjetivo del concepto de moralidad atenta en su legitimidad.

El origen de la moral está en la evolución

¿Cómo se explica que los seres humanos hayamos tenido la necesidad de atribuirle moral a las acciones? La empatía, un producto de la evolución, tiene mucho que ver con la moral. La cultura influye y moldea nuestros principios morales, aunque en muchas culturas hay ideas que son vistas universalmente como buenas o malas, y son pocos quienes se atreven a ponerlo en duda.

Muchos psicólogos evolucionistas consideran que las ideas innatas de la simpatía, la empatía, el dar y recibir, además de otras conductas relacionadas con la reciprocidad construyen la moral. Implican una gran ventaja evolutiva a la hora de concebir al ser humano como es actualmente. El compartir ha sido relacionado con unas mayores posibilidades de supervivencia.

Si en una sociedad se concibe el asesinato como algo neutro, ni bueno ni malo, implica que no haya leyes que prohíban su realización. Esto significa que una persona que tiene una pelea con alguien puede cometerlo. A su vez, un familiar de la víctima podría matar al asesino. Como contrarrespuesta, un ser querido del asesino, ahora asesinado, intentará matar a quien se vengó, y así el asesinato iría en aumento, subiendo exponencialmente y haciendo que la vida en sociedad fuera inviable. Entonces, ¿La dualidad del bien y el mal sólo existe para que perdure la sociedad como la conocemos?

La existencia de la moral implica la concreción de acciones buenas y acciones malas. De la misma manera que se podría ver el asesinato como algo malo también se vería el compartir y ser caritativo como algo bueno. Compartir alimentos, recursos y proteger a los demás incrementaría la supervivencia del grupo, teniendo más individuos que pudieran hacer frente a amenazas varias, desde ataques de bestias a desastres naturales.

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