Las islas del Caribe contaminadas por pesticida cancerígeno, una noticia que surgió como rumor y hoy es respaldada por estudios científicos.
Se calcula que aproximadamente cerca de un 10% de los casos de cáncer de próstata que se han dado en las Antillas Francesas, fue por causa del químico clordecona.
Este se les entregaba a los trabajadores de plantaciones de banano para colocarlo de bajo de la fruta, para protegerla de los insectos.
Esta labor la realizaron miles de trabajadores en las décadas de los 80 y 90, nunca se les advirtió sobre los peligros inminentes de los químicos y tomaron esta oportunidad como una opción de trabajo.
Las grandes compañías que se instalaron en las islas, aprovecharon la necesidad de los lugareños y exponernos a sufrir de efectos mortales como lo es el cáncer.
Hoy cientos de ex empleados han perdido la batalla contra el cáncer o siguen padeciendo de una de las enfermedades más terribles.
Martinica es conocida por ser una isla turística. Sin embargo, la situación e injusticias que han vivido los isleños son historias que han quedado en el anonimato.
La toxina clordecona, se ha encargado durante años de cobrar vidas, recursos naturales irrecuperables y tierras contaminadas.
Un isleño actualmente paciente de cáncer llamado Bertin de tiroides relató:
«Nos solían decir que no bebiéramos o comiéramos nada cuando lo echábamos», recuerda Bertin, ahora de 70 años.
Los habitantes de Martinica están consumiendo alimentos contaminados en pequeñas dosis todos los días.
Islas del Caribe contaminadas por pesticida cancerígeno: ¿Cuánto tiempo tomará eliminarlo?
Se dice pueden pasar hasta siglos, para eliminar totalmente las toxinas dañinas del clordecona, es uno de los químicos más agresivos.
Las fuentes de agua y tierras para cultivar no se pueden tocar. A pesar de que ya pasaron 20 años de que se descontinuara dicho químico.
Muchas partes de la isla no se puede cultivar vegetales. Sin embargo, solo las bananas y algunos frutos de árboles son seguros.
El último estudio realizado a todos los habitantes de Martinica se comprobó que un 92% de la población tiene rastros de clordecona en la sangre.
De una u otra forma las personas siempre se verán afectadas con las secuelas del químico en la isla.
Traer un niño a nacer a este lugar es una ruleta rusa que los lugareños tienen que considerar.
Se dice que fue en el año 1979 cuando la Organización Mundial de la Salud, clasifico este pesticida como cancerígeno.
Pero el gobierno francés autorizo su uso en 1981 en las plantaciones de las Antillas Francesas.
Se dice que hasta 1993 ese veneno se estuvo regando en la isla hasta agotar totalmente el químico.
El pueblo de Martinica hoy sigue sufriendo por la avaricia y crueldad de los altos mandos de aquel entonces.
