El Parto. Una experiencia espiritual

El nacimiento de un bebé es una experiencia alucinante. Pocas veces damos importancia a la experiencia en sí de parir, hasta que toca. El ajetreado mundo en el que vivimos en la actualidad le ha privado a muchas mujeres de experimentar el parto como una experiencia espiritual. Muchas mujeres son controladas en la gestación y al final se le presenta como una alternativa muy conveniente realizar una cesárea.

En algunos casos la cesárea, es un procedimiento quirúrgico necesario para poder traer a un bebé al mundo que por parte natural significaría un riesgo para la salud tanto de la madre como del bebé por nacer. lamentablemente en algunos países, se tiene como el método principal en el parto. Muchas veces si la familia tiene la disponibilidad de recursos, es la primera opción que se propone, porque permite planificar mejor el tiempo del especialista y la «logística» de los involucrados.

Sea como se decida dar a luz a un hijo, lo cierto es que es una experiencia espiritual para la madre, el padre y el niño por nacer. Ya que existen ciertos procesos que se deben dar a tiempo y en sincronía para que el parto sea un éxito. Estos procesos no son sólo físicos, sino que están relacionados con la espiritualidad del ser. Hoy te quiero compartir una visión espiritual del parto.

Parir es una experiencia espiritual

El parir tiene todos los componentes de un milagro y de una experiencia espiritual.

  • Adecuación del cuerpo: Para parir, el cuerpo de la mujer tiene que sintonizarse entre otras cosas con la respiración. Esta sincronización se parece mucho a la respiración consciente en la meditación. Además se debe esperar un ritmo es las contracciones. Por lo que si no existe esa sincronización entre la respiración, las contracciones, el ritmo cardíaco del bebé y la madre el parto no se podrá dar. Las contracciones generan la apertura para que el bebé pueda salir del vientre materno. Esa apertura es muy dolorosa y la única forma de soportarla es abrazando el dolor. Es decir, a pesar que algo nos puede hacer sentir que nos está partiendo el cuerpo en dos pedazos,. Decidimos desde el amor, ponernos del lado de esa fuerza que es mayor que nosotras mismas. Ayudar a que se dé el nacimiento de otro ser.
  • Un baile entre la vida y la muerte: Cuándo das a luz a un bebé, te sujetas a un dolor y a una fuerza que es más grande que tú. Ya en ese momento no puedes retrasar ni detener el nacimiento y pujas hasta tu último aliento como si fueras a morir. Prácticamente, la mujer al parir muere, ya que al abrazar al bebé ya ella misma no será igual. A partir de ese momento deja de ser quien fué, ahora se le añade a todo lo que es, el ser madre del nuevo bebé. Este proceso no sólo es el nacimiento de una vida, sino el renacimiento de la madre.
  • El amor después del dolor: Luego de sentir que mueres, llega el amor a tu pecho, cuando ves a los ojos a ese nuevo ser y sientes que no te puedes enamorar más. Tu corazón se entrega a la pureza que llegó con esa nueva vida. Vida, a la que sientes que ha estado más cerca de la divinidad.

Vive tu experiencia a pesar de las circunstancias

Puede ser que por el estilo de vida de hoy en día, no te permita tener el tiempo y espacio suficiente para disfrutar la espiritualidad en tu embarazo. Cuando las mujeres llegan a un centro de salud a dar a luz, las tratan más como unas enfermas que como mujeres embarazadas que dentro de poco pasarán por una hermosa aunque dolorosa experiencia.

Con esto no quiero decir que la medicina o los métodos como la cesárea no sean necesarios, por supuesto han logrado salvar vidas. Lo que digo es que puedes solicitar que tu ginecólogo obstetra te trate más como una embarazada que tiene dudas, miedos, expectativas y que hay aspectos emocionales y espirituales que como especialista debería tomar en cuenta.

Busca un tiempo y espacio para estar sóla con tu barriga, escuchar los latidos de tu corazón, hablar con tu bebé y hacer que tu ajetreado día sea más armonioso. Antes de cada consulta habla con tu bebé, planifica bien el día para que no estés ajetreada y disfruta una de las experiencias más espirituales que un ser humano pueda vivir.

Un abrazo inmenso.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio