ojo de la mente

Qué es el ojo de la mente y por qué algunos no lo tienen

El ojo de la mente es una condición que se está estudiando hace 16 años: ¿De qué se trata?

En 2005, el Dr. Adam Zeman vio a un paciente que afirmaba que una pequeña intervención quirúrgica le había quitado la capacidad de conjurar imágenes. Hoy se conoce esta condición como el ojo de la mente.

Pasaron 16 años de ese momento y Zeman y sus colegas conocieron más de 12.000 casos de personas que expresaron que no tienen ninguna cámara mental de este tipo. Esta condición, que se estima que millones de personas la comparten, se denomina afantasía, mientras que las que experimentan imágenes mentales extraordinariamente fuertes, tienen hiperfantasía.

En sus últimas investigaciones, Zeman y sus colegas reunieron pistas sobre cómo surgen estas dos condiciones del ojo de mente, a través de cambios en el cableado del cerebro que unen los centros visuales con otras regiones. Además, están empezando a explorar cómo algunos de esos circuitos pueden conjurar otros sentidos, como el sonido, en la mente.

«Por lo que veo, no se trata de un trastorno», afirma Zeman, científico cognitivo de la Universidad de Exeter (Gran Bretaña). «Es una variación intrigante de la experiencia humana», añadió.

El primer paciente sin el ojo de la mente

El paciente que dio a conocer a Zeman la afantasía fue un topógrafo jubilado que perdió el ojo de la mente tras una pequeña operación de corazón. Cuando este paciente pensaba en personas u objetos, no los veía. Sin embargo, sus recuerdos visuales estaban intactos.

El otro extremo del ojo de la mente: la hiperfantasía

En cambio, las personas con afantasía no recuerdan tan bien como los demás los detalles de su propia vida.

Por ese motivo, los científicos explicaron que es posible que el recuerdo de nuestras propias experiencias (conocido como memoria episódica) dependa más del ojo de la mente que el recuerdo de hechos sobre el mundo.

 Las personas que contactaron al Dr. Zeman con experiencias distintas a la afantasía, tenían visiones intensas, una condición que los científicos denominaron hiperfantasía.

Basándose en sus encuestas, Zeman y sus colegas calculan que el 2,6% de las personas tienen hiperfantasía y que el 0,7% tienen afantasía.

Utilidad del ojo de la mente

El estudio sugiere que el ojo de la mente actúa como un amplificador emocional, reforzando tanto los sentimientos positivos como los negativos producidos por nuestras experiencias.

Las personas con afantasía pueden tener esos mismos sentimientos a partir de sus experiencias, pero no los amplifican después a través de las imágenes mentales.

Además, los investigadores también están empezando a utilizar escáneres cerebrales para encontrar los circuitos que dan lugar a la afantasía y la hiperfantasía.

Hasta ahora, ese trabajo sugiere que las imágenes mentales surgen de una red de regiones cerebrales que se comunican entre sí.

Las regiones que toman decisiones en la parte delantera del cerebro envían señales a las regiones de la parte trasera, que normalmente dan sentido a la información procedente de los ojos. Esas señales descendentes pueden hacer que las regiones visuales produzcan imágenes que no existen.

En un estudio publicado en mayo, Zeman y sus colegas escanearon los cerebros de 24 personas con afantasía, 25 con hiperfantasía y 20 con ninguna de las dos afecciones, pidiendo que los voluntarios se tumbaran en el escáner y dejaran vagar su mente.

Las personas con hiperfantasía tenían una mayor actividad en las regiones que unen la parte delantera y trasera del cerebro.

Puede que sean capaces de enviar señales más potentes desde las regiones de toma de decisiones de la parte delantera del cerebro a los centros visuales de la parte trasera.

La fuerza del ojo de la mente puede ejercer una sutil influencia en el curso de la vida de las personas.

Por otra parte, los cuestionarios de Zeman revelaron que las personas con afantasía tenían más probabilidades que la media de tener un trabajo relacionado con las ciencias o las matemáticas. 

Consecuencias en el ojo de la mente

Para quienes están acostumbrados a ver las cosas con el ojo de la mente, la afantasía podría parecer una condición debilitante, pero la investigación de Zeman no sugiere que ese sea el caso.

De hecho, la afantasía puede tener incluso algunas ventajas sobre la hiperfantasía.

La hiperfantasía crea imágenes que parecen tan reales que puede dar lugar a falsos recuerdos y, por otro lado, las personas sin ojo de la mente pueden librarse de algunas de las cargas que supone revivir experiencias traumáticas, porque no tienen que reproducirlas visualmente.

c.2021 The New York Times Company

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