Moli es uno de los ponentes del congreso online gratuito Emprende con Amor y Consciencia. Durante casi 30 minutos habló sobre cómo vender con entusiasmo, no sólo a nuestro producto sino a nosotros mismos, porque, como asegura, «primero somos personas y luego emprendedores».
Moli es consultor de tecnología en programas de gestión y destaca que lo principal es tener una vida fuera del emprendimiento. Es importante cuidar de nosotros mismos y no descuidarnos. Una de sus recomendaciones es tener equilibrados todas las facetas de nuestra vida y todos los roles cubiertos. Además, en su charla describió cuatro palabras del éxito de un proyecto.
Las palabras del éxito
«La primera palabra es empezar y es la más importante. Podemos aprender mucho capacitándonos, pero el aprendizaje más importante será el que llevemos a cabo mientras emprendemos», destaca Moli, quien persigue la idea de que la mejor forma de aprender es gracias a los logros y a los errores que tengamos en el viaje.
Además, describe la siguiente noción a tener en cuenta: «La segunda palabra es la fe, para sentir que va a funcionar y que el objetivo llegará a buen puerto. Para eso debemos enfocar los objetivos que podamos lograr, sin importar que sean pequeños. Si no tenemos fe en nosotros, no la tendrá ni nuestro cliente ni nuestro equipo de trabajo”.
La tercera palabra que describe Moli es «compromiso» y es el trabajo constante, sin dejar de disfrutar el camino. «El compromiso tiene que ver con la mejora continua y la efectividad, por lo que tenemos que enfocarnos en lo que nos mueve para llevar a cabo un emprendimiento”, describió el consultor en tecnología de la información.
La cuarta palabra del éxito de un emprendimiento es el cliente, ya que sin clientes no hay emprendimiento ni proyecto. «Para vender necesitamos quien lo compre, si no tenemos clientes no seríamos emprendedores. Debemos considerar a nuestros compañeros como clientes. Los trabajadores de la empresa nos permitirán mejorar y nos mostrarán nuestros errores”.
Además de las cuatro palabras, Moli nombró otras que también son importantes: ser concretos, aprender para cuidar lo esencial, el foco de hacia donde vamos, las relaciones con los amigos del proyecto y la última «agradecer» lo bueno y lo malo.
